Un mal día en Bologna.
Esta mañana la Digos ha estado registrando y entregando notificaciones con medidas restrictivas de las libertades personales a activistas acusados de haber participado en las protestas contra Maroni del 28 de septiembre del año pasado.
Muchas, demasiadas obligaciones de firma, un arresto domiciliar.
Las acusaciones son imprecisas y genéricas.
12 meses de distancia desde los hechos.
En definitiva, parece evidente el carácter provocador y persecutorio de estas provisiones dictada por el Juez Tampieri de la Fiscalía de la República en Bologna.
Quien persigue a los migrantes, quien es cómplice objetivo de los hundimientos en el canal de Sicilia, quien financia su reclusión en los campos libios es hoy un héroe de la legalidad padana. A quien disiente, en cambio, se le considera un peligro para la democracia.
Desde el principio, para todos los investigados nuestro apoyo, nuestra amistad, nuestra complicidad.