Un grupo de policías, a los que más tarde se sumaron algunos militares, bajo la supuesta rúbrica de un conflicto sectorial y laboral, han protagonizado largas horas de rebelión e insubordinación en Ecuador. Momentos antes de la intentona golpista, los policías reclamaban la derogación de una serie de medidas que, entre otras cosas, acaban con la lógica neoliberal de suplementos en los sueldos de los funcionarios públicos ecuatorianos. La medida bajo la que se escondía el intento de golpe aumenta el salario base de los funcionarios públicos, aumentando por tanto también la cuantía de las pensiones de jubilación. El presidente Rafael Correa trató de dirigirse personalmente a los policías amotinados; el resultado estalló en las televisiones de medio mundo poco después. Correa fue atacado con gases lacrimógenos y permanecerá casi 12 horas secuestrado en un hospital militar aledaño a los hechos. En medio de la noche de Quito y entre balazos, un operativo de militares leales rescataba al presidente de su secuestro. 274 heridos y ocho muertos, según fuentes oficiales, es el saldo tras los enfrentamientos entra la policía sublevada y la población.
Más que nunca, y como parte de un movimiento cívico e internacionalista, l@s estudiantes madrileñ@s organizad@s, nos sentimos solidari@s con los gobiernos progresistas latinoamericanos que, como Ecuador, están integrados en el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América). Las intentonas golpistas que han sufrido en los últimos años Venezuela, Bolivia y ahora Ecuador, son los últimos coletazos de un poder imperial que, al menos durante los últimos cien años, ha subordinado y subyugado a los Estados neocoloniales latinoamericanos. Como sabemos, las fuerzas reaccionarias, militaristas y golpistas han sido derrotadas en Ecuador y en estos otros países donde habían emergido de nuevo como un reflejo histórico. Sin embargo, en estos días nos acompaña el recuerdo vivo y doloroso del triunfo de la reacción militar en contra del poder civil y democrático en Honduras, hace poco más de dos años. Por eso sabemos que el camino emprendido de integración y cambio sólo puede triunfar a través de la consolidación y profundización del gobierno democrático de las mayorías populares.
La historia reciente de America Latina nos muestra de manera nítida y unívoca el largo camino de derechos pisoteados a través de la conjunción entre oligarquías locales y fuerzas armadas, siempre al servicio de los amos del norte. Pero somos much@s, cada vez más, l@s que hoy sabemos que son los pueblos latinoamericanos quienes democrática y soberanamente han alzado la voz para dar, doscientos años después, un segundo grito emancipador. El poder está cambiando de manos en América Latina, vuelve al interior de sus fronteras y derroca a las clases tradicionales gobernantes; serviles históricamente a los intereses extranjeros. Las mayorías marginadas e invisibles durante más de cinco siglos han tomado las riendas de su futuro. No las soltarán y no están solas en este camino; cuentan con todo nuestro apoyo y admiración.
El desarrollo del capitalismo dependiente en América Latina ha puesto de relieve la necesidad histórica de los procesos que desde los movimientos sociales están transformando la realidad social y política de estos pueblos. El antagonismo entre la servidumbre y la dependencia estructural y los deseos de liberación de las clases subalternas está dinamitando para siempre los mecanismos tradicionales del dominio latinoamericano.
Para nosotr@s, los conflictos sociales y políticos que desde hace tiempo sacuden América Latina son la imagen más evidente de la quiebra del estado neocolonial.
Desde la unidad política de las clases subordinadas, muchos países latinoamericanos están construyendo un nuevo poder popular y democrático que anuncia inevitablemente el comienzo de un nuevo tiempo de justicia social e independencia.
Con todos los pueblos que luchan por sacudirse el dominio extranjero, y especialmente con aquellos que construyeron su poder desde bases sociales históricamente excluidas, nos sentimos hoy y siempre solidarios. Por eso apoyamos, respaldamos y defendemos al Gobierno de Rafael Correa y a las mayorías populares que lo sustentan.
Contra el golpismo armado, la dominación extranjera y la barbarie. Por los derechos de las mayorías, la independencia y la soberanía. Como miembros del estudiantado rebelde y organizado estamos con Ecuador y con su legítimo gobierno.
Firman:
A.U. Contrapoder (Políticas y Sociología UCM), C.U Mentearmada (UC3M), UEP-ei (Derecho UCM)