Crónica iniciativa precaria en la Huelga general | A.U. Contrapoder

Defender la alegría, organizar la rabia

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Crónica iniciativa precaria en la Huelga general

La Huelga General del 29 de septiembre fue convocada por las centrales sindicales mayoritarias (Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores) contra la Ley de Reforma Laboral del gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. El Partido Socialista Obrero Español, traicionando sus propias promesas de no hacer caer el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores y pensionistas, aprobó casi en solitario una reforma laboral que, entre otras cosas, ataca la negociación colectiva, abarata el despido y fomenta la precariedad en la contratación. Estas medidas forman parte de un paquete más amplio que ya incluye el recorte salarial en los trabajadores del sector público y que incluirá el ataque a las pensiones e incluso el retraso a la edad de jubilación.
La oposición principal al Ejecutivo proviene del Partido Popular, el partido posfranquista que al mismo tiempo que hostiga al gobierno asegura que, de llegar al Gobierno, profundizaría y extendería las reformas en un sentido de recorte de derechos laborales y sociales adquiridos. En ese sentido, y con un peso muy reducido de los partidos a la izquierda del PSOE, los sindicatos mayoritarios suponían la última línea de defensa de los derechos históricamente conseguidos, frente a las reformas antisociales. Pero se enfrentaban a un contexto de rechazo difuso a las reformas, de desmovilización y de pesimismo con respecto a la capacidad de una salida alternativa, no regresiva, a la crisis. Además, la derecha política, mediática y empresarial había calentado la jornada del 29 de septiembre con un discurso que impugnaba a los sindicatos mismos y al derecho a la huelga.

El Gobierno ha justificado sus medidas apelando a “los mercados” y “la necesidad de producir confianza a los inversores”. En realidad, en una manifestación alarmante de los límites de la soberanía democrática dentro del Estado-nación, el Ejecutivo ha defendido sus recortes como necesarios e impuestos por los capitales financieros europeos y globales. Poniendo a Grecia como ejemplo paradigmático, tanto el Gobierno como la oposición de derechas, aluden el “There is no alternative” de Margaret Thatcher, apelando de nuevo a Europa como un marco que impone la desregulación y  las políticas a favor de los capitalistas y en contra de las mayorías sociales.

Los estudiantes que ya enfrentaron la reforma europea de la Universidad y el llamado Plan Bolonia, ya escucharon antes esos mismos argumentos para entregarle la gobernanza de la universidad a los empresarios. Los resultados no han supuesto una mejora de la financiación de la Universidad Pública, ni de los planes de estudio, ni de la precariedad de los estudiantes: ha supuesto un paso más hacia el sometimiento de lo común al interés privado, de la destrucción de lo público y del control disciplinario del conocimiento producido en las facultades. También nosotr@s oímos antes la mención de “Europa” para justificar la necesidad de las reformas, y también la descartamos cuando construimos la dimensión europea de las luchas estudiantiles contra las reformas mercantilizadoras.

Desde las universidades madrileñas, se organizó una iniciativa conjunta llamada “La juventud precaria y estudiante a la Huelga General”, que partía de cuatro consideraciones comunes:
1. Por un lado es absolutamente cierto que es la política de concertación y desmovilización de los sindicatos mayoritarios la que ha abonado el trabajo durante décadas para esta ofensiva general contra el movimiento obrero organizado, las condiciones generales de trabajo y lo público y común.

 
2. Además, la juventud precaria, en la universidad y fuera de ella, es un sector no representado por los sindicatos, por las dificultades de organización en un puesto de trabajo incierto, intermitente y a menudo sin derechos. También por el distanciamiento político, ideológico y hasta generacional con las centrales sindicales. Por eso para nosotr@s hacer huelga es necesariamente una movilización en el plano de la metrópoli, haciéndonos presentes en el conflicto general que suponía la Huelga.    


3. No obstante, la confrontación el 29-S era evidentemente un choque que polarizaba el campo político. Más allá de las iniciativas pequeñas y locales de los movimientos sociales y el sindicalismo alternativo, que son fundamentales para una recomposición de las clases subalternas como actor político, los dos únicos resultados posibles de la Huelga General eran la victoria de los sindicatos mayoritarios o la de la patronal y las medidas antipopulares. La victoria de la huelga podía ser rentabilizada exclusivamente por los sindicatos mayoritarios, pero su derrota iba a ser un golpe para las mayorías trabajadoras y precarias.    


4. La organización del precariado y los migrantes será decisiva para la correlación de fuerzas en el Estado español y en Europa, pero todavía las batallas políticas inmediatas contra las reformas las encabezan los sectores de la clase obrera fordista, especializada, sindicada y con contratos fijos, de los transportes, la industria y el sector público. En buena medida, es en estos sectores donde se iba a decidir el éxito o fracaso político de la Huelga General.    

Por estas razones, la iniciativa de los colectivos de facultad decidió concentrarse en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, donde durante el día 28 de septiembre se hizo un acto sobre las huelgas generales del período democrático, un mural de apoyo a la huelga y dos talleres para preparar los piquetes.



Desde allí se partió al centro de Madrid, donde se conformó un bloque con jóvenes de diferentes universidades y colectivos de barrio, que desde la concentración inicial de los sindicatos marchó cortando las calles hasta el Centro Social “El Patio”, desde donde se regresó al centro de la ciudad en un pasacalles desobediente que llenaba a su paso las calles de pintadas y cánticos como: “Aquí está la juventud precaria”, “No tengo empleo, por eso piqueteo” “Así, así, ni un paso atrás, contra la reforma: Huelga general”, “La crisis que la paguen los capitalistas”. La presión de las unidades antidisturbios de la policía fue altísima, envolviendo en dos ocasiones al bloque y tratando de identificar uno por uno a sus integrantes. 

Finalmente, el grupo entero, compuesto por aproximadamente doscientas personas, llegó a la Puerta del Sol donde se integró a un piquete de los sindicatos mayoritarios que recorrió las vías principales del centro de la ciudad cerrando a su paso los locales comerciales que se negaban a ello. Durante ese piquete hubo momentos de tensión con los guardias de seguridad de diferentes establecimientos, y con la policía, que realizó varias cargas llegando a intentar detener a un compañero que finalmente fue liberado por los activistas. 

Ya de madrugada la iniciativa “La juventud precaria y estudiante a la Huelga General” se sumó a uno de los piquetes destinados a evitar la salida de los autobuses urbanos de Madrid. El Gobierno regional, de la derecha, había roto las negociaciones de los servicios mínimos con los sindicatos mayoritarios, tensando así la situación en un sector fundamental para el éxito de la Huelga en la capital del Estado español. El bloque se mantuvo hasta las 9am en una puerta de las cocheras de los autobuses impidiendo con sus cuerpos la salida de autobuses, enfrentando la violencia de la policía y explicando su legítimo derecho a desobedecer y a paralizar la ciudad, rechazando los discursos hipócritas de quienes defienden “el derecho al trabajo” sólo durante la jornada de huelga, mientras el resto del día nos condena a los trabajos-basura y al paro. Según avanzaba la madrugada, el piquete se animaba con los gritos de “trabajo basura: futuro de mierda”, “Arriba, arriba arriba, arriba tod@s a luchar: que esta Huelga la Ganamos, esta huelga la ganamos, es la Huelga General” y “Qué miedo me da, qué miedo me da: ser un esquirol en cocheras Fuencarral” (El barrio donde estaba le piquete frente al depósito de la Empresa Municipal de Transportes) También se registraron algunos incidentes con provocadores de la derecha que increpaban a los piqueteros hasta tener que salir huyendo. En ese piquete, sólo salieron 4 autobuses en toda la noche, y en total en Madrid circularon menos del 10% de los habituales.


A las 9am el piquete se retiraba hacia el centro de la ciudad, donde algun@s compañer@s participaron en el piquete central de la mañana. Uno de los activistas, al abandonar el piquete, fue retenido y amenazado por policía de paisano que le había seguido. 

Por la tarde, los miembros de la iniciativa precaria tomaron parte en las manifestaciones de los sindicatos mayoritarios y del sindicalismo combativo, festejando su modesta pero exitosa contribución a la Huelga General. Antes de eso, un “pasacalles precario” de más de quinientas personas había recorrido el barrio de Malasaña, incluyendo trabajadores migrantes y trabajadoras domésticas.

La Huelga General, convocada en un contesto de desmovilización, ha sido relativamente exitosa, con un seguimiento desigual (casi total en industria, muy alto en transportes y bajo en el comercio y la hostelería) pero alto impacto político. La batalla por la atribución de significado político a la jornada de huelga y su seguimiento comienza ahora. La iniciativa de la juventud estudiante y precaria, en todo caso, ha agrupado a los principales colectivos de las facultades para participar colectivamente en la jornada de Huelga con dos objetivos: la visibilización de figuras y situaciones laborales que exceden la representación sindical pero sufren las consecuencias de la crisis capitalista; y la incorporación de quienes tenían dificultades para hacer huelga a una Huelga Metropolitana que situase el conflicto sobre el tejido urbano, como combate político frente a los recortes sociales y laborales contra las clases subalternas.

Íñigo Errejón
(AU Contrapoder- Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid)