A.U. Contrapoder

Decía Martín Luther King Jr. que “una amenaza a la justicia en cualquier lado es una amenaza a la justicia en todos lados”. Esta máxima sirve de guía al feminismo de dos maneras. Por un lado, el feminismo reivindica la voz de las silenciadas por la Historia, lucha por la igualdad de hecho, contra las injusticias que el sistema patriarcal promueve, pero lucha con el convencimiento de que esas injusticias no sólo son una amenaza para las mujeres, sino para cualquier sociedad que se pretenda democrática e igualitaria. Por otro lado, el feminismo se compromete con una visión integral de la política, una visión que no olvida el resto de injusticias, aquellas basadas en la clase, la etnia, la orientación sexual o la discapacidad, y que necesariamente aparecen superpuestas con las injusticias de género.

Mientras las mujeres no puedan decidir libremente sobre sus cuerpos y sus vidas, mientras decenas de ellas sigan muriendo cada año a manos de sus parejas, mientras la tasa de paro femenina doble la masculina, el salario bruto mensual de los hombres sea un 36,7% mayor y la pobreza y la precariedad sean fenómenos que afecten a las mujeres de forma más incisiva, las mujeres sigan dedicando un promedio de tres horas diarias más que los hombres al hogar y la familia, y la conciliación de las trabajadoras dependa de la privatización de los cuidados (sea a través de redes familiares o de redes informales de trabajadoras inmigrantes); mientras todas estas expresiones de la opresión de la sociedad patriarcal continúen existiendo, tenemos que seguir luchando por la emancipación de las mujeres, contra la injusticia y por la igualdad en todas las partes del globo, tratando de hacer eco hasta en el último recodo de cada sociedad, gritando contra una forma de opresión que está inmersa en todos los ámbitos de nuestras vidas, construyendo feminismo entre tod@s.